¿Por qué se encuentra en peligro de extinción?
El Euskal Artzain Txakurra (EAT) es una raza declarada en peligro de extinción. Según la organización internacional FAO, una raza se encuentra en esta situación cuando cuenta con menos de 1000 ejemplares. La mayoría de razas caninas autóctonas están en vías de extinción.
Mientras la población canina aumenta constantemente, cada vez existen más hogares que cuentan con un perro en la familia, se hace patente que el número de Euskal Artzain Txakurra (EAT) se ha reducido drásticamente en las últimas décadas. Cada vez hay menos ejemplares para trabajo o compañía, debido a que la preferencia a la hora de adoptar un perro se centra principalmente en razas foráneas.
Los factores concretos que están provocando su recesión se repiten en todas la razas caninas en extinción:
MODAS: El mundo canino tampoco está al margen de ellas. Muchas veces surgen a partir de películas, anuncios…
ACCESIBILIDAD A MEDIOS DE TRANSPORTE DE LARGA DISTANCIA: La facilidad con la que hoy en día se pueden viajar largas distancias provoca la llegada de razas de perros de todas las partes del mundo. Estas nuevas razas foráneas se cruzan con las autóctonas o las desplazan completamente.
SE DA POCO VALOR A LO DE CASA: Las razas foráneas cuentan con un valor añadido porque aquí son menos habituales y resultan más llamativas.
¿CUÁNTOS QUEDAN?
Lo cierto es que no se puede dar una cifra, ni siquiera aproximada, del número de ejemplares de Euskal Artzain Txakurra con que contamos. No existen censos especializados dedicados a este fin.
Hemos analizado datos procedentes de la RSCE (Real Sociedad Canina España) y del registro REGIA (Registro General de Identificación de Animales de la Comunidad Autónoma del País Vasco), sin embargo ninguno de ellos nos ofrece información real de la población existente.
La RSCE contabiliza los datos de perros que se han presentado ante un juez para conseguir un registro de raza, pero la mayoría de los EAT no suelen pasan este trámite.
Como apuntábamos, también hemos analizado los datos que aporta el registro REGIA, que se crea a partir de datos que envía el veterinario al poner un microchip.
En este registro observamos que el número de ejemplares es aparentemente elevado, sin embargo, no es labor de los veterinarios conocer al detalle el estándar oficial de las razas ni la ascendencia de cada ejemplar, por lo que la catalogación racial de un perro en su cartilla sanitaria es un dato aproximado realizado con más o menos acierto, lo que provoca que muchos de los registros de EAT correspondan a perros descendientes de cruces con otras razas.
En cualquiera de los dos registros mencionados hay que tener en cuenta que, no todos los propietarios notifican la baja de su perro tras el fallecimiento, y que no distinguen los ejemplares por variedad Gorbeiakoa e Iletsua, lo que supone otro problema añadido a la hora de conocer la situación real del EAT apartir de estos registros.